A través de una restauración quedó descubierto que el color del Santo Cristo de Lepanto no era negro. Su tonalidad es blanca.
Tras ser sometido a diferentes trabajos de limpieza, Ana Ordóñez y Esther Gual, quienes son restauradoras de la Catedral de Barcelona, determinaron que los restos acumulados se debían a la suciedad.
El Cristo de Lepanto es una de las imágenes más venerada de Cataluña, Barcelona. Ordoñez y Gual utilizaron agua destilada caliente y goma de borrar para la limpieza.
“Se pudo destacar que la policromía no solo estaba bien conservada, sino que era de muchísima calidad”, manifestó el conservador de patrimonio y canónigo del templo, Robert Baró.
La imagen la movieron de su lugar habitual para dicha restructuración. Asimismo, Ana y Esther destacaron que el Cristo de Lepanto fue oscureciéndose a través de último siglo.
La capa de suciedad estaba formada por humo, barnices y hollín en la que se escondía una antigua policromía.
Santiago Bueno, presidente de la Catedral de Barcelona, explicó que el color que había tomado la imagen no era su color original.
“Aquel color negro era porquería, era humo y suciedad y algún trocito que para igualarlo lo habían pintado de negro. Habían igualado la porquería, la suciedad”.
También durante la restauración detallaron que la imagen estaba fechada en el siglo XVI. Aunque debido al descubrimiento piensan que puede remontarse a un periodo anterior, probablemente al siglo XIII. Pero para descubrir la fecha de la creación de la talla tendrán que esperar a los informes de los investigadores.
Según detalla la historia, este cristo estuvo en la nave capitana de la batalla de Lepanto de 1571. La misma impidió, según la data, el avance de los turcos sobre Europa.
Su peculiar inclinación del cuerpo la atribuyen a que esquivó una bala y a que también a que tapó una brecha abierta en el navío.
