Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas sobre los casos de Lepra en US:
- En 2020, se reportaron 159 casos de lepra en el país, un número “muy pequeño” y que no supone un motivo de preocupación para los estadounidenses, según un portavoz de los CDC.
- Aunque en el pasado se temía a la lepra al considerarla una enfermedad altamente contagiosa y devastadora, hoy se sabe que no se propaga fácilmente y que el tratamiento es muy efectivo.
- Cada vez hay más literatura científica que sugiere que esta enfermedad podría ser endémica en Florida Central, origen de una quinta parte de los casos reportados a nivel nacional.
En la última década se ha producidoun aumento gradual en la incidencia de lepra en Estados Unidos, según una carta publicada en agosto de 2023 en Emerging Infectious Diseases, una revista de los CDC. Sus autores sugieren que esta enfermedad podría haberse vuelto endémica o constantemente presente en algunas zonas del sureste del país. Te explicamos lo que sabemos al respecto.
¿Qué es la lepra?
La lepra, o enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae. “Estas bacterias crecen muy lentamente y pueden tardar hasta 20 años en desarrollar signos de infección”, indican los CDC, encargados del control de enfermedades.
Esta enfermedad puede afectar los nervios, la piel, los ojos y el revestimiento de la nariz (mucosa nasal). Si no se trata, “el daño a los nervios puede provocar la invalidez de manos y pies, parálisis y ceguera”.
Sobre su cura, esta es posible, según los CDC, si se dispone de un diagnóstico y un tratamiento tempranos: “Las personas con esta enfermedad pueden continuar trabajando y llevar una vida activa durante y después del tratamiento”.
¿Cuántos casos de lepra se reportan cada año en Estados Unidos?
“Históricamente, la lepra ha sido poco común en Estados Unidos”, indica la carta publicada en Emerging Infectious Diseases. Sus autores destacan que la incidencia alcanzó su punto máximo alrededor de 1983 y después -entre la década de 1980 y el año 2000- se produjo una reducción drástica en el número anual de casos documentados.
Sin embargo, desde entonces, los informes demuestran un aumento gradual en su incidencia en Estados Unidos: “El número de casos notificados se ha más que duplicado en los estados del sureste durante la última década”.
Aun así, el número de casos reportados cada año sigue siendo “muy pequeño” y no supone “una gran preocupación para el público estadounidense”, según explicó un portavoz de los CDC al periódico The New York Times.
En 2020 (el último año del que hay datos disponibles), se reportaron 159 casos de lepra en Estados Unidos, según el Programa Nacional de la Enfermedad de Hansen. El 69% de ellos se reportaron en Florida, California, Luisiana, Hawai, Nueva York, Oregón y Texas.
“Es una gota en el océano, especialmente cuando lo ves a través de una lente global”, ha afirmado al mismo periódico Charles Dunn, dermatólogo y autor del estudio, sobre el número de casos reportados. Su artículo “simplemente destaca que parece haber una predilección geográfica realmente intrigante por esta enfermedad, que es muy poco común”.
¿Cuál es la situación en Florida?
Mientras que la lepra en Estados Unidos anteriormente afectaba a personas que habían emigrado de áreas endémicas de lepra (como Brasil, India o Indonesia), se considera que aproximadamente el 34% de los casos reportados entre 2015 y 2020 se adquirieron localmente. Así lo indican los autores de la carta, antes de señalar que cada vez hay más literatura científica que sugiere que la lepra podría ser endémica en algunas zonas de Florida.
Florida Central representó el 81% de los casos notificados en el estado y casi una quinta parte de los reportados a nivel nacional, según los investigadores. De ellos, hay varios que “no demuestran evidencia clara de exposición zoonótica o factores de riesgo tradicionalmente conocidos”.
La carta describe el caso de un hombre de 54 años que buscó tratamiento en una clínica de dermatología por un exantema eritematoso progresivo y doloroso (una erupción de la piel) y fue diagnosticado de lepra. El paciente negó haber realizado viajes por EE. UU. o al extranjero, la exposición a armadillos, el contacto prolongado con inmigrantes de países endémicos de lepra o haberse relacionado con personas infectadas.
Hay que tener en cuenta que como la bacteria que provoca la lepra crece muy lentamente y los síntomas pueden tardar hasta dos décadas en aparecer, a menudo resulta muy difícil encontrar la fuente de la infección.
¿Cómo se transmite esta enfermedad?
A pesar de que en el pasado se temía a la lepra por considerarse una enfermedad altamente contagiosa y devastadora, hoy en día se sabe que no se propaga fácilmente y que el tratamiento es muy efectivo, como señalan los autores de la carta.
Lo que no se sabe con exactitud es cómo se propaga la enfermedad de Hansen entre las personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que ocurre principalmente a través de las gotículas expulsadas por boca y nariz. “Para contraerla hay que mantener durante meses un contacto estrecho y prolongado con una persona afectada que no reciba tratamiento”, sostiene.
En cambio, según destaca el organismo, no se propaga por los contactos ocasionales con una persona con lepra (por ejemplo, al dar la mano, abrazar, compartir comida o sentarse cerca). Tampoco se transmite de la madre al feto durante el embarazo ni a través del contacto sexual. Además, hay que tener en cuenta que “el paciente deja de transmitir la enfermedad cuando comienza a recibir tratamiento”.
La transmisión de persona a persona no es la única forma en que se puede adquirir la lepra, como indica una revisión publicada en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases y otro artículo difundido en New England Journal of Medicine.
Según estas investigaciones, varios casos de lepra no relacionados en el sur de Estados Unidos portaban la misma cepa única de M. leprae que los armadillos de nueve bandas en la región, lo que sugiere una gran probabilidad de transmisión zoonótica.
“En el sur de Estados Unidos, algunos armadillos se infectan de forma natural con la bacteria que causa la enfermedad de Hansen en las personas y es posible que puedan transmitirla a las personas”, explican los CDC. Aun así, consideran que el riesgo es muy bajo y es poco probable que la mayoría de las personas que entran en contacto con estos animales contraigan la enfermedad.
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