Cuatro pupusas de queso hechas en El Salvador realizaron un viaje al espacio que las inmortalizó; y que las hizo estar cerca, por un momento, de la Estación Espacial a la que hace dos semanas llegó el astronauta de origen salvadoreño Frank Rubio.
Inspirados en el viaje al espacio de Rubio, quien es parte de la misión Artemis de la NASA, los propietarios de la Pupusería Suiza lanzaron las cuatro pupusas en un globo al espacio, en el Mes de la Herencia Hispana.
“Cuando vimos una entrevista de Frank Rubio, en la que dijo que lo que más iba a extrañar al estar en el espacio eran las pupusas y el café, nos pusimos a pensar qué podíamos hacer”, contó Ricardo Madrid, gerente propietario de la pupusería.
Por razones obvias, de seguridad y protocolos, las pupusas no podían ser llevadas a la NASA para que viajaran con el equipo en la nave espacial que partió de la tierra el 21 de septiembre pasado.
Entonces, estos salvadoreños trabajaron para hacer que su producto impulsara aun más la inspiración que Rubio representa en El Salvador, entre las comunidades y jóvenes.
Así se les ocurrió enviar las pupusas al espacio.
El viaje
Las pupusas son el platillo tradicional en El Salvador y queridas por la comunidad salvadoreña. Las cuatro unidades que viajaron al espacio recorrieron un largo camino para llegar al punto del lanzamiento.
Fueron preparadas en el país centroamericano y llegaron hasta Monterrey, en México. De ahí se completó el trayecto hacia el espacio.
“Empezamos a buscar y encontramos a una compañía que ha mandado una hamburguesa y una bebida peruana al espacio. No se podía hacer desde El Salvador por la situación geográfica del país”, explicó Madrid.
Después de que las pupusas llegaron a México, congeladas, se preparó el globo en el que realizaron el viaje.
“En El Salvador, se corría el riesgo de que cuando descendieran podían caer en Honduras o en el océano. En Monterrey se puede controlar mejor el descenso porque es un terreno extenso”, señaló.
Desde el cielo mexicano, las pupusas, equipadas con GPS y una cámara que grabó cada momento, cruzaron la estratósfera y después de unos minutos flotando en el espacio, el globo reventó e inició el descenso.
La cápsula cayó a unas 80 millas del punto de lanzamiento. Las pupusas experimentaron temperaturas extremas y viajaron a una velocidad de más de 600 millas por hora, pero regresaron completas a la tierra.
El astronauta, un orgullo
“Estamos orgullosos de que una persona de origen salvadoreño esté llegando tan lejos”, dijo Madrid sobre la inspiración que representa Frank Rubio para los salvadoreños.
Desde que se supo la noticia del viaje de Rubio, en El Salvador muchas personas estuvieron pendientes del lanzamiento. Su ejemplo ha sido inspiración para los niños y jóvenes.