En medio de la lucha contra el humo residual de los incendios forestales canadienses, Estados Unidos se enfrenta a otro posible infractor de la calidad del aire: Los fuegos artificiales del 4 de julio. Sorprendentemente, la fiesta federal se ha identificado como uno de los días más contaminados del año en varias regiones, según los indicadores de calidad del aire.
Los fuegos artificiales, símbolos emblemáticos de las celebraciones del Día de la Independencia, no sólo iluminan el cielo, sino que también liberan contaminantes perjudiciales, en algunos casos, al mismo nivel que la intensidad del humo de los incendios forestales.
El humo de los incendios forestales agrava el problema
Las próximas celebraciones del Día de la Independencia podrían intensificar la contaminación atmosférica en zonas que ya están haciendo frente al humo de los incendios forestales canadienses y de los incendios locales, como en Colorado. Los datos de predicción sugieren que las regiones cercanas a la frontera canadiense, concretamente Montana y Minnesota, podrían enfrentarse a una intensa humareda procedente de los incendios forestales. Al mismo tiempo, una neblina de humo podría asentarse sobre la región de Nueva Inglaterra antes de la festividad.
Melissa Sullivan, representante de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), insistió en la necesidad de concienciar sobre las posibles repercusiones de los fuegos artificiales en la calidad del aire, sobre todo cuando los niveles de contaminación ya son elevados debido a los incendios forestales. La EPA recomienda a los grupos demográficos vulnerables, como los ancianos, los niños y las personas con afecciones pulmonares o cardíacas, que mantengan una distancia segura de los fuegos artificiales, idealmente a favor del viento.
Alternativas más ecológicas
A pesar de las implicaciones medioambientales, el entusiasmo del público estadounidense por los fuegos artificiales sigue siendo inquebrantable, con un gasto de consumo que supera los 2.000 millones de dólares anuales, según la Asociación Americana de Pirotecnia. Sin embargo, los efectos negativos para el medio ambiente, como la contaminación del agua y el inicio de incendios forestales, están dando lugar a llamamientos a la moderación.
Bill Magavern, Director de Políticas de la Coalición por el Aire Limpio, organización sin ánimo de lucro con sede en California, afirma que, aunque los espectáculos pirotécnicos son un placer universal, cada vez es más difícil ignorar sus consecuencias para el medio ambiente. Aboga por la investigación de alternativas respetuosas con el medio ambiente, especialmente en regiones con mala calidad del aire.
Los estudios muestran un aumento significativo del 42% de partículas contaminantes finas, o PM 2,5, tras los espectáculos pirotécnicos del 4 de julio. Estas diminutas partículas pueden penetrar en nuestros pulmones y causar problemas respiratorios. Aunque la contaminación se disipa gradualmente, la calidad del aire no suele volver a la normalidad hasta el mediodía del día siguiente.
En las principales ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, se observa un fuerte aumento de los niveles de partículas contaminantes debido a los espectáculos pirotécnicos. La situación es especialmente preocupante este año, ya que el verano se ha visto envuelto en una humareda provocada por los incendios forestales, sobre todo en la costa este.