Ronald Acuña Jr. descargó toda su fuerza este sábado y desapareció la pelota a 464 pies de de distancia en el Chase Field de Phoenix. Y por más impresionante que eso se lea, levantar a todos de sus asientos ya se ha vuelto una costumbre para el sorprendente venezolano.
Acuña tiene 12 cuadrangulares. Es una cantidad apreciable, pero dista mucho del liderato de la MLB, en poder de Pete Alonso, con 20. Vamos, que ni siquiera es el número uno en su propio equipo, los Bravos de Atlanta. Ese privilegio lo tiene Matt Olson, con 17.
Pero hay algo único en lo que está haciendo el jugador nacido en La Sabana, un hermoso pueblo recostado al Mar Caribe, en el litoral central de Venezuela.
Es algo que ha hecho de estos bombazos algo repetitivo.
10 BOMBAZOS
Los últimos 10 jonrones de Acuña en esta temporada han recorrido 420 pies de distancia o más. Son tablazos que habrían desaparecido de cualquiera de los 30 parques donde se juega beisbol de Grandes Ligas. Y Sarah Langs, una de esos investigadores de MLB que a diario vierte sobre las redes sociales una miríada de récords insolitos y cruces estadísticos, halló que lo del toletero derecho es algo único. Un récord.
El Big Show instaló radares y computadoras en todos los estadios, para poder medirlo todo. Y desde 2015 se utiliza el sistema llamado Statcast, que registra la velocidad de salida, el ángulo, la parábola del recorrido y la distancia de cada conexión, de cada vuelacercas en la Gran Carpa.
Acuña es el primer bateador en la historia de Statcast que dispara 10 bambinazos consecutivos de 420 pies.
Bally Sports South, la cadena que transmite los juegos de los Bravos, hizo una divertida suma con cada uno de esos cohetazos.
Son 4.476 pies de recorrido con apenas 10 swings. Casi 1.365 metros. O puesto de otro modo, hablamos de 1,4 kilómetros de puro poder.
Hay un dato que resalta esto todavía más lo hecho por la estrella varguense. Para sacarla por el rightfield del Fenway Park solo hay que recorrer 305 pies. Por el poste de la derecha en el Yankee Stadium solo hay 314 pies, y apenas 318 por el de la izquierda. Él lleva 10 en fila con 420 o más…
LA MÁQUINA ACUÑA
Acuña está convertido en una máquina de generar sobresalto, aplausos y admiración.
El tablazo de este sábado es el décimo más largo que se ha visto este año en la MLB. En esa cuenta, encabezada por uno de 485 pies que disparó Giancarlo Stanton, aparece otro de 470 pies del propio venezolano.
Acuña surge tres veces en el listado que reune las 15 tablas más extensas de este campeonato.
Solo Aaron Judge repite su nombre entre los 20 cuadrangulares más monstruosos del actual torneo. Pero el récordman de los Yanquis de Nueva York tiene dos en ese escalafón. No tres.
Esto lo hace Acuña a pesar de que también es reconocido como uno de los corredores más rápidos de las Grandes Ligas. Alguien que confía tanto en sus piernas, que a menudo deja fríos a sus oponentes.
Estamos ante una especie de mezcla entre Hulk y Flash, un improbable cruce entre los universos de Marvel y DC. Porque el todavía joven slugger combina el poder más exuberante de los grandes jonroneros con la agresividad de los mayores velocistas.
Las proyecciones de Acuña están por todos lados. Se dice y se repite que puede llegar a ser el cuarto bigleaguer con una cosecha de 40 vuelacercas y 40 robos. O que va camino a convertirse en el primer 30-60 de la historia. Pero esos cálculos no son más que futuribles. Lo veremos en octubre. Lo único cierto, ahora mismo, es que el talento de este venezolano es cada día más desbordante. Y que suma récords insólitos, gracias a eso.