La inmigración infantil cada vez toma más protagonismo en la frontera de México con Estados Unidos. Los niños inmigrantes no acompañados llegan a la deriva, aunque algunos son separados de sus familiares, otros son abandonados en el medio de la nada. La mayoría llega con la esperanza del sueño americano que muchas veces se ve frustrado por la explotación y el maltrato.
Los niños no acompañados tienen un proceso distinto al de los inmigrantes que ingresan a EEUU por las vías irregulares, sin embargo, en muchos casos estos jóvenes entre 5 y 17 años son presentados ante un juez para determinar su futuro en el país.
Jesús Reyes, abogado experto en inmigración, habló con El Tiempo Latino sobre el duro camino legal que puede enfrentar un niño inmigrante en Estados Unidos y cómo este proceso afecta su infancia.
“Cuando un niño no acompañado llega a la frontera de EEUU, los funcionarios de la Patrulla Fronteriza lo remiten al Departamento de Salud, que se encarga de incluirlo en un albergue. Normalmente, el trato a los jóvenes inmigrantes es muy diferente al de los adultos”, señaló el abogado.
Después de que el niño pasa por un procedimiento médico, en el que se evalúan sus condiciones físicas y psicológicas, puede optar por ciertos beneficios para encontrar a sus familiares o ser reubicarlo.
“Hay muchas organizaciones sin fines de lucro que están en contacto con los albergues y se encargan de ayudar a estos jóvenes”.
“En el momento que el joven entra en un proceso de inmigración en Estados Unidos, estas organizaciones se encargan de buscar a sus familiares para facilitar su proceso migratorio”, agregó.
Una infancia marcada
Entre enero y mayo de este año, 44 mil menores inmigrantes no acompañados llegaron a la frontera de EEUU, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. 47% de estos niños llega de Guatemala, y otro 40% de Honduras y El Salvador. Muchos de ellos recorren el camino solos y otros se separan de sus familiares en los cruces fronterizos.
Aunque los niños inmigrantes enfrentan procesos más ligeros, igualmente son juzgados en una Corte de inmigración.
El abogado Reyes explicó que si un niño no tiene un familiar en EEUU que lo pueda ayudar a establecerse en el país, debe enfrentar un proceso legal.
“Los jueces son conscientes de esta triste realidad y hacen que el proceso sea lo más llevadero posible. En la actualidad, existen muchas organizaciones que se dedican a representar a estos jóvenes”, aseguró.
La mayoría de esos casos son referidos a la oficina de asilo, para que el niño inmigrante no tenga que pasar por el trauma de enfrentarse a un juez.
“Es duro ver a un niño de cuatro o cinco años pasar por una Corte de inmigración. En esos casos, los jueces se dirigen a la persona que tiene la custodia, es decir, la organización que los acompaña o el abogado”, agregó Reyes.
Sin un destino seguro
Una vez el niño inmigrante es ubicado en un albergue, tanto en la frontera o en otros estados del país, el proceso legal de adaptación y legalización puede tardar meses, especialmente si no tiene un familiar en Estados Unidos que pueda hacerse cargo. “Hay casos que son procesados en semanas, pero hay otros que pueden durar meses”.
Reyes explicó que si el niño no cuenta con un tutor legal que se haga cargo, las autoridades se encargan de reubicarlos en lugares de acogida hasta que su proceso migratorio esté completamente listo.
Es posible la deportación de los niños no acompañados, al igual que otro inmigrante que entre de manera irregular al país. “Son casos muy aislados, pero sí puede ocurrir”.
“Lo primordial para el gobierno de EEUU es que estos niños consigan un familiar en el país, si esto no ocurre, entonces pasan a la custodia del estado”, indicó.
Calificación para visas juveniles
El abogado explicó que los niños no acompañados califican para las visas juveniles o el estatus especial de inmigrante juvenil (SIJ, por sus siglas en inglés). Esta visa permite a los menores de edad obtener la residencia permanente en EEUU.
“Los jóvenes que llegaron sin sus padres califican a la visa juvenil. Pero, antes se debe comprobar que este niño fue víctima de abuso, negligencia y abandono por parte de sus padres”, advirtió.
“Si las autoridades migratorias comprueban que este menor fue expuesto por sus padres a los coyotes o abandonado en medio de la frontera, puede optar por el SIJ y asegurar la green card”.
El proceso para obtener la residencia con la visa juvenil puede demorar un año. Sin embargo, si el joven obtiene un estatus legal no puede solicitar a sus padres.
“Es importante aclarar que el niño inmigrante no puede pedir a sus padres una vez que tenga su residencia permanente en EEUU a través de la visa juvenil”.
El estatus legal no influye
Si un niño llega a EEUU sin acompañantes es esencial que tenga los números de teléfonos de sus familiares, al menos en un papel, para que las autoridades migratorias fronterizas puedan ponerse en contacto con ellos y hacer más fácil el proceso.
El estatus de un inmigrante no influye en poder ayudar o proteger a un niño inmigrante no acompañado.
“Tu puedes ayudar a un sobrino, un hermano o cualquier otro familiar, así no tengas un estatus migratorio regular en el país, eso no influirá. No se van a meter en ningún problema con las autoridades migratorias si le das albergue a este familiar”, aseguró Reyes.
La explotación desvanece la ilusión
La travesía de los niños inmigrantes no acompañados que viajan desde Centroamérica y Sudamérica para llegar a la frontera está llena de traumas, y a pesar de que llegan con la ilusión de una vida mejor, sus sueños se desmoronan con el tiempo. Huyen de sus países por una vida mejor, pero, aun estando en Estados Unidos, corren peligro.
Desde 2018, el Departamento de Trabajo registró un aumento de 69% de niños que son empleados de manera ilegal, muchos de ellos tienen entre 12 y 15 años de edad. Además, se enfrentan a condiciones laborales extremadamente peligrosas.
Entre 2015 y 2022, la cifra de menores involucrados en infracciones de leyes contra el trabajo infantil se disparó casi 400%, de acuerdo con un estudio del Economic Policy Institute (EPI). En su mayoría, estos niños son inmigrantes que llegaron solos a la frontera o que sienten la presión de sus patrocinadores por conseguir dinero.
En los últimos dos años, más de 250 mil niños inmigrantes llegaron solos a EEUU, un gran porcentaje de ellos ha terminado trabajando en condiciones precarias, cubriendo jornadas nocturnas cambiando tejados, en fábricas de envasados y operando maquinarias no aptas para su edad, según una investigación de The New York Times.
Para el abogado Reyes, la cifra de menores no acompañados que llegan a la frontera podría ser igual o incluso mayor en comparación al año pasado, especialmente por los cambios en las políticas migratorias.
“La crisis que estamos viendo en nuestros países latinoamericanos está induciendo a muchos jóvenes a buscar un mejor futuro en EEUU, pese a las condiciones que pueden enfrentar en el trayecto y en la llegada al país”.
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