Un estudio que utilizó los registros de salud electrónicos de 6 millones de adultos mayores estadounidenses encontró que aquellos que padecían de COVID-19 corrían un mayor riesgo de recibir un diagnóstico de alzheimer dentro de un año.
El proyecto, dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve y publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, no muestra que el coronavirus cause alzheimer, pero se suma a un creciente grupo de investigaciones que sugiere vínculos entre las dos enfermedades.
Los resultados sugieren que los investigadores deberían hacer un seguimiento de los pacientes mayores de 60 años que se recuperan de COVID-19 para ver si muestran signos de pérdida de memoria, disminución de la función cerebral o alzheimer.
El estudio encontró que por cada mil adultos mayores con coronavirus, siete serán diagnosticados con alzheimer dentro de un año. Lo que contrasta ligeramente con las cifras de los ancianos sin COVID-19: cinco por cada mil personas.
“Sabemos que el COVID-19 puede afectar el cerebro, pero no creo que nadie haya buscado nuevos diagnósticos de Alzheimer”, expresó Pamela Davis, una de las coautoras del estudio.
Rong Xu, investigadora en la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, explicó que esperaba ver algún aumento entre las personas mayores enfermas de coronavirus, pero se sorprendió “por la magnitud del aumento y la rapidez con que ocurrió”.
¿Los adultos mayores con COVID-19 de verdad padecerán de alzheimer?
Gabriel de Erausquin, director del Laboratorio de Desarrollo, Modulación y Reparación del Cerebro de la Universidad de Texas Health San Antonio, quien no participó en la investigación, dijo que el estudio fue “importante y útil”, pero “limitado”.
Advirtió que un diagnóstico de la alzheimer no es necesariamente una confirmación de la enfermedad.
Los médicos a veces diagnostican esta enfermedad en función de los cambios en el comportamiento o las respuestas a una prueba de memoria. Síntomas menos precisos que las pruebas de imágenes o del líquido cefalorraquídeo que miden dos tipos de proteínas, beta-amiloide y tau fosforilada, que se acumulan de manera anormal en el cerebro de las personas con alzheimer.
“Hay personas que parecen tener alzheimer, pero no tienen alzheimer. Las personas que tienen coronavirus durante mucho tiempo corren el riesgo de ser diagnosticadas con la enfermedad de alzheimer”, comentó Erausquin.
En su artículo, los investigadores de Case Western Reserve reconocieron que el estudio estaba limitado por el potencial de diagnósticos inexactos de la enfermedad de alzheimer.
Davis, sin embargo, dijo que cree que es poco probable que los médicos confundan la COVID-19 prolongada con alzheimer.
“Etiquetar a alguien con la enfermedad de alzheimer es diferente de la niebla mental y la confusión asociada con un COVID-19 prolongado. Cuando un médico hace un diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, representa un deterioro cognitivo sustancial”, aseguró.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post.