Los cambios de patrones climáticos en el noroeste de China pone en riesgo los antiguos murales y estatuas de las cuevas de la Ruta de la Seda.
Así lo descubrió una nueva investigación, que subraya cómo una atmósfera cálida amenaza algunos de los artefactos históricos más preciados del país asiático.
La investigación de Greenpeace, publicada esta semana, asegura que las obras de arte budistas en las cuevas de la provincia de Gansu corren riesgo de desaparecer a medida que la región se vuelve más calurosa, húmeda y propensa a los aguaceros repentinos.
“Gansu es famoso por sus cuevas y el arte almacenado en ellas durante siglos. El aumento de los episodios de lluvia en el desierto plantea un riesgo agudo. Ya se están produciendo picos de humedad, inundaciones repentinas y derrumbes”, comentó Li Zhao, investigador de Greenpeace East Asia con sede en Beijing.
En las últimas dos décadas, las temperaturas en Gansu aumentaron más rápido que el promedio mundial. Al mismo tiempo, la precipitación total de verano incrementa incluso cuando el total de días de lluvia disminuyen, lo que significa que cuando llueve, a menudo cae a cántaros.
El vapor también amenaza a la Ruta de la Seda
El clima extremo cada vez más intenso ya está causando daños en las cuevas de Mogao, un sitio del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en Dunhuang, también conocido como las Grutas de los Mil Budas.
La UNESCO aseguró que las pinturas dentro de las cuevas, que representan la política, la cultura, la religión y la vida cotidiana medievales, tienen un “valor histórico inigualable”.
A partir del siglo IV, comerciantes y viajeros se reunían en grutas talladas en acantilados cerca del oasis de Dunhuang, dejando tras de sí obras de arte que se conservaron gracias al clima desértico. Pero los veranos de la región ya no son tan tranquilos ni tan secos.
Más allá del riesgo de inundaciones y fugas, los aguaceros frecuentes ahora están empujando regularmente la humedad en las cuevas de Mogao por encima de los umbrales seguros para la conservación, dice el informe.
Los niveles de vapor de agua por encima del 60% de la saturación hacen que la sal se cristalice y se separe en las paredes de la cueva de manera que puede desprender la pintura. Los murales que datan del siglo IV se están descascarando a un ritmo acelerado, encontró la investigación.
En la Gruta del Templo de Jinta, a más de 300 millas de las Cuevas de Mogao, los niveles de humedad atmosférica alcanzaron el 93% durante un fuerte aguacero en agosto del año pasado. Por ello, la descomposición, la pudrición y la erosión se vuelven difíciles de evitar.
Acciones para preservar las grutas
Los esfuerzos para proteger las grutas de Gansu han estado en curso durante décadas. Su valor como el “hogar del arte de las grutas chinas” las ha convertido en una prioridad para los conservacionistas.
Se está llevando a cabo un vasto proyecto de escaneo y fotografía de reliquias para permitir recreaciones en 3D y recorridos de realidad virtual.
Más que casi cualquier otro lugar en China, aparte de la Ciudad Prohibida en Beijing, las cuevas se han beneficiado de colaboraciones de décadas entre expertos de todo el mundo y la Academia Dunhuang, que administra la investigación y la conservación de los sitios en Gansu.
Además, el Instituto de Conservación Getty, una organización sin fines de lucro con sede en Los Ángeles, ha trabajado con expertos locales durante décadas para proteger y registrar los hallazgos arqueológicos en la región.
Dentro de la historia y la arqueología de China, los murales, templos y estatuas tienen una importancia comparable a las ruinas del antiguo Egipto u otros grandes tesoros del mundo antiguo.