Entre maderas y láminas, Elizabeth Rivera se concentra para dar el mejor acabado a las piezas de muebles. La hondureña que en su país fue teniente de la Policía Nacional, dice que en Estados Unidos halló una nueva pasión. “Me enamoré de la carpintería”, afirmó a El Tiempo Latino. Ella es solo una de muchas latinas en este rubro.
Hace un año, Rivera dejó su trabajo de seguridad privada en Maryland para unirse a un taller de carpintería en el Condado de Prince George. “He descubierto algo que me encanta, donde me siento tranquila y con mejor paga”, expresó. “Me avisaron de este trabajo y quise darme la oportunidad”, agregó Rivera, quien se unió a la empresa Absolute Builders, cuya copropietaria es la colombiana Tatiana Ahlborn.
La empresa se ha ganado el reconocimiento como la “Mejor carpintería de interiores” en el área de Washington DC en al menos dos oportunidades.
Rivera es el rostro de miles de mujeres en el país que están ingresando a la fuerza laboral de la construcción.
Las mujeres en este rubro representan el 12% de la fuerza laboral, según cifras de la Asociación Nacional Mujeres Propietarias y Ejecutivas de la Construcción (WCEO, por sus siglas en inglés).
“Entre este porcentaje, las hispanas son un número muy pequeño aún”, dijo Ahlborn.
Precisamente con el fin de capacitar y orientar a más mujeres latinas a ingresar a este campo de trabajo es que Ahlborn y la empresaria Edith Yáñez fundaron en 2020 la organización sin fines de lucro Latinas en la Construcción (Latinas In Construction).
El impacto devastador que tuvo la pandemia del COVID-19 en los hogares hispanos motivó en 2020 a la chilena Edith Yáñez y la colombiana Tatiana Ahlborn a unir esfuerzos y fundar Latinas en la Construcción, en el área metropolitana de Washington DC.
“Vimos como muchas familias estaban sufriendo económicamente y que había una gran necesidad de crecimiento en las mujeres hispanas que estaban trabajando en la construcción”, expresó Yáñez a El Tiempo Latino.
Las dificultades económicas entre los latinos están bien documentadas. A nivel nacional, el 61% reportó pérdida de empleo o ingresos en el hogar durante el COVID-19, mucho más que los blancos no latinos, que representaron el 38 %, según un análisis de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud (NHI, por sus siglas en inglés), con sede en Bethesda, Maryland.
“Necesitábamos hacer algo al respecto y empezamos como una iniciativa educativa de alta calidad y bajo costo”, recordó Yáñez.
Latinas en la Construcción comenzó con capacitaciones en línea para mujeres y ahora sirve como una fuente de orientación, inspiración y apoyo para cientos de mujeres hispanas en Estados Unidos, dicen sus fundadoras.
Metas cumplidas
Yáñez asegura que Latinas en la Construcción ha educado a cerca de 100 hispanas y ha donado más de 80 becas de capacitación a mujeres de bajos recursos económicos.
También ha conectado decenas de mujeres con oportunidades de trabajo, como en el caso de Rivera.
“Me siento feliz de poder trabajar en un ambiente tranquilo y seguro, y descubrir nuevas habilidades”, dijo la inmigrante que trabajó como guardia de seguridad privada para distintas entidades, incluso en la Universidad de Maryland.
Rivera contó que se inició en el trabajo desde cero. “He aprendido mucho desde que llegué hace un año al trabajo. Primero empecé lijando la madera a mano, luego con máquinas especiales. Después aprendí a pintar la madera y colocar las planchas de laminado”, explicó durante un descanso en el taller ubicado en la ciudad de Lanham.
El rostro de Rivera al terminar una pieza es de postal. “Me encanta lo que hago”, sonrió.
Empezó con cierto temor
Cuando Alhborn se unió a la empresa de su esposo Absolute Builders Inc. lo hizo con cierto temor. “Era un campo nuevo para mí, predominado por los hombres”, indicó, la colombiana, quien había estudiado finanzas y llegó a Estados Unidos en 2004 para continuar una maestría. “Mi idea era regresar a mi país, pero por esas cosas de la vida, me quedé y me casé con mi esposo que ya había fundado la compañía”, relató.
En 2006, Tatiana Ahlborn y la recepcionista eran las dos únicas mujeres de Absolute Builders, especializada en carpintería industrial. Ahora son 15 de un total de 45 empleados, dijo.
Su compañía cuenta con carpinteros especializados en fabricación y montaje de gabinetes, escritorios y paneles de oficina y expertos en instalación de chapas electrónicas.
“Nosotros hacemos muebles con acabado fino para las recepciones de oficinas y hoteles en varias zonas del área de Washington”, dijo.
No en las obras, pero sí tras los contratos
La organización también ha capacitado a mujeres que están casadas con contratistas de la construcción para que puedan ser un aporte en la empresa de la familia. “Vimos que había un problema en los contratistas que se sentían abrumados con el trabajo de oficina. Por eso empezamos a capacitar a la mujeres para que ayudaran a sus parejas con la elaboración de presupuestos y contratos. Así se podía balancear mejor la familia y el negocio”, indicó Yáñez, quien también es propietaria de una compañía de construcción.
La organización también ha ayudado a decenas de mujeres a obtener una licencia de contratistas generales.
En el caso de la compañía de Ahlborn, ella se encarga de toda la parte administrativa. Aunque sus manos no están encallecidas por el uso de herramientas; supervisa, hace las relaciones públicas, las cobranzas y trae más contratos a la empresa.
La mujer gana casi igual que el hombre en la construcción
En los 18 años que Ahlborn ha trabajado en la construcción, notó una ventaja para las mujeres. La brecha salarial de género en el campo de la construcción es una de las más estrechas. “Hombre y mujer ganan casi igual”, expresó.
Los datos de la Oficina de Estadísticas de Trabajo (BLS, por sus siglas en inglés) situaban los ingresos de las trabajadoras de la construcción en 2019 en el 94,3 % del salario medio semanal de un trabajador masculino. Eso equivale a $862 por semana para mujeres y $914 para hombres, según los datos de pago semanal promedio de 2019. Para todas las ocupaciones, las mujeres ganaban el 81,5% de lo que recibían los hombres.
“Eso ahora es menos pronunciado. Están casi a la par”.
Ahlborn dijo que el salario mínimo con el que empieza cualquier trabajador de construcción no baja de $18 la hora. “Este puede aumentar según la experiencia y capacitación, hasta $40 la hora”, resaltó.
Según la empresaria, un electricista puede recibir un ingreso de más de $100 mil año.
Escasez de trabajadores
La industria está evolucionando, mientras que confronta un problema según la Asociación de Constructores y Contratistas (Associated Builders and Contractors). Hay una escasez laboral. En 2022 le faltaban 650 mil trabajadores. La escasez se ve agravada por dos estadísticas ampliamente publicitadas, el trabajador de la construcción promedio se jubila a los 61 años y actualmente 1 de cada 5 tiene más de 55 años.
Una nueva carrera
Para Zuleima Cerrito, de El Salvador, el trabajo en el taller de carpintería de Absolute Builders le abre un mundo a una nueva carrera. “Mi hermana ya estaba trabajando aquí y la veía contenta. Así que cuando me quedé sin trabajo ‘apliqué’ para ver si podía trabajar aquí y me contrataron”, dijo.
Ella empezó ayudando a los pintores y lijando madera a mano, luego con máquina. Como madre de dos niños, Cerrito, de 27 años, dice que está contenta con el horario. “Ya a las tres de la tarde estamos saliendo. Así puedo pasar más tiempo con mis hijos”, expresó.
Información de Latinas en la Construcción
Latinas en la Construcción obtuvo el certificado de organización sin fines de lucro en 2022 y está conformada además de Yáñez y Alhborn por Teresa Luna, de Luna Concrete y Elizabeth Grier, del rubro de finanzas.
“Nuestro objetivo es inspirar, educar, apoyar y conectar a la mujer hispana para que pueda entrar y tener éxito en la construcción”, aseveró Yáñez.
Las personas que quieran mayor información pueden llamar al (571) 332- 0083 o mandar un correo electrónico a edith@latinasinconstruction.net. También pueden visitar la web: latinasinconstruction.net.