El senador Chuck Schumer afirma que la principal prioridad del partido será asegurarse de que se apliquen las grandes leyes aprobadas en los dos últimos años, y que los demócratas se lleven el mérito.
Dado que en un Congreso dividido es poco probable que se aprueben leyes importantes, los demócratas del Senado tienen previsto dedicar gran parte de sus esfuerzos de los próximos dos años a vender el impacto de las leyes que ya han aprobado, pregonando sus beneficios y asegurándose de que decenas de miles de millones de dólares federales se gasten adecuadamente y de forma que les proporcionen una ventaja política.
El senador Chuck Schumer (D-NY), líder de la mayoría, dijo que la principal prioridad demócrata será centrarse en la aplicación de iniciativas clave de la era Biden, como la ley de obras públicas de 1tn (millón de millones) de dólares, un estatuto que proporciona incentivos para la producción nacional de microchips, proyectos de energía limpia, formación para el empleo y nuevas prestaciones sanitarias y farmacéuticas. La estrategia refleja la preocupación de los demócratas en el Congreso, compartida en la Casa Blanca, por el hecho de que los votantes no les atribuyan la creación de una serie de programas populares, y tienen la determinación de garantizar que eso cambie de cara a las elecciones de 2024.
Durante un retiro privado el miércoles tras el discurso del presidente Joe Biden sobre el estado de la Unión, Schumer dedicó una sesión a hablar sobre cómo podrían garantizar que las nuevas leyes se cumplan correctamente y proporcionó un memorándum en el que se esbozaba cómo los legisladores podrían obtener crédito por el gasto federal y los proyectos en sus estados.
Los demócratas esperan emplear esta estrategia para impulsar las perspectivas de reelección de sus titulares más amenazados, como el senador Joe Manchin (D-WV), que está promocionando su estado como un lugar privilegiado para proyectos como un nuevo “centro de hidrógeno”: un centro de producción y almacenamiento de este gas de energía limpia.
En una entrevista, Schumer dijo que el impulso se haría en estrecha coordinación con la Casa Blanca e incluiría audiencias del comité para evaluar el progreso en la puesta en marcha de la legislación, un proceso que, según él, produciría dividendos para el país y beneficios políticos para los demócratas que intentan mantener su mayoría en 2024.
“Lo primero que creo que podemos hacer por el bien del país, y por el bien de nuestros miembros, es asegurarnos de que esto se aplique bien”, dijo. “El año pasado tuvimos una legislación récord. Pero a menos que la gente sepa que realmente les afecta, nadie se da cuenta”.
“Va a ser un año de aplicación”, dijo, “un Congreso de aplicación”.
El planteamiento del Congreso se ajusta a la estrategia de la administración Biden, que se puso de manifiesto el martes por la noche cuando el presidente dedicó un tiempo considerable a subrayar los millones de puestos de trabajo que ya se han creado durante su mandato y los que se crearán en el futuro gracias a iniciativas como las leyes sobre microchips e infraestructuras, ambas de carácter bipartidista.
El presidente viajó a Kentucky en enero para elogiar la nueva ayuda federal para empezar a mejorar un puente muy transitado que conecta Kentucky y Ohio, proyecto respaldado por el senador republicano de Kentucky, Mitch McConnell, líder de la minoría, quien también estuvo presente junto con otros políticos de ambos estados.
La semana pasada, Biden estuvo en Manhattan para anunciar una subvención de $300 millones para iniciar las obras de creación de un nuevo enlace ferroviario bajo el río Hudson, un proyecto que las autoridades de Nueva York y Nueva Jersey llevan años promviendo. Schumer y otros numerosos funcionarios públicos de los dos Estados lo celebraron con él.
“Biden lo entiende”, dijo Schumer refiriéndose al entusiasmo del presidente por los rituales de la vieja escuela, como las inauguraciones y los cortes de cinta. “Siempre le han gustado las puestas en marcha”.
Para reforzar esta iniciativa, Schumer y su jefe de gabinete, Mike Lynch, almorzaron el martes en la Casa Blanca con Ron Klain, jefe de gabinete saliente de Biden; su sucesor, Jeffrey Zients; y otros altos funcionarios de la Casa Blanca para explorar su enfoque de cara al futuro.
Schumer y otros demócratas dicen que aprendieron la lección de 2010, cuando no fueron lo suficientemente agresivos a la hora de obtener crédito para los logros de la administración Obama a través de su ley de estímulo económico y la ley de salud; como resultado, ese año sufrieron reveses de mitad de mandato. Criticados por el costo de producir carteles para los proyectos de obras públicas que muestran de dónde procede el dinero, algunos estados se deshicieron de ellos por completo.
Los demócratas están decididos a no permitir que eso vuelva a ocurrir.
Schumer dijo que la Casa Blanca avisará a los legisladores demócratas cuando llevara proyectos a un estado, luego coordinará el anuncio con ellos e intentará que un funcionario de alto rango, como un secretario de Gabinete, esté presente para centrar la atención en el acto. Dijo que la semana pasada se reunió con los jefes de las comisiones demócratas para animarlos a celebrar audiencias sobre la puesta en marcha de los proyectos legislativos emblemáticos.
Los republicanos que criticaron la descripción que hizo Biden del estado financiero de la nación, dicen que los estadounidenses verán más allá de las afirmaciones demócratas de que están revitalizando la economía.
“Es una absoluta farsa que la administración Biden intente atribuirse el mérito de la recuperación económica cuando tantos estadounidenses están sufriendo en el supermercado, en la gasolinera y en las facturas de servicios públicos”, declaró el representante Michael C. Burgess (R-TX).
Los republicanos también atacarán a los demócratas por aprovecharse políticamente de las nuevas fuentes de financiamiento. Pero en su discurso del martes, Biden dijo que estaba encantado de compartir el mérito con los republicanos que se opusieron al proyecto de ley de infraestructuras pero que siguen buscando ayudas para sus distritos y estados.
“Me siguen pidiendo que financie también los proyectos de esos distritos, pero no se preocupen”, dijo. “Prometí que sería un presidente para todos los estadounidenses. Financiaremos estos proyectos. Y los veré en la inauguración”.
Schumer dijo que centrarse en la puesta en marcha de las nuevas leyes no significa que haya renunciado a legislar. Dijo que ve posibilidades de que se aprueben una serie de proyectos de ley bipartidistas, entre ellos una ley agraria, el alcance de la política anual del Pentágono, legislación para eliminar la disparidad entre las sentencias por crack y cocaína en polvo, la ampliación a todos los estadounidenses de un nuevo tope de $35 al mes para el costo de la insulina y legislación para revisar los permisos de proyectos energéticos.
Pero dijo que, dada la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, tiene sentido centrarse en la “poderosa” legislación de los dos últimos años.
“Dejar que no se apliquen las leyes”, dijo, “sería un pecado”.
Carl Hulse – The New York Times
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