El gobernador Ron DeSantis, de Florida, tuvo que apelar a dos elementos opuestos de su base: los republicanos que sienten repulsión por Donald Trump y los que siguen cautivados por él.
Bob Sikorski, empresario de 57 años de Portage Lakes (Ohio), admira la habilidad del gobernador. Ron DeSantis de Florida en la política y está abierto a apoyarlo en una elección primaria presidencial. Pero el votante republicano de toda la vida advirtió que había una forma segura de alienarle: cualquier crítica directa al expresidente Donald Trump.
“Eso sería muy malo para el partido (y para el país) y me desanimaría por completo”, aseguró Sikorski después de ver hablar a DeSantis el jueves en un acto en Akron.
La mayoría de los candidatos pasan el tiempo preocupándose por lo que los votantes piensan de ellos. Para DeSantis, la principal interrogante que se cierne sobre su esperada candidatura presidencial no tiene nada que ver con él. Para él más bien es ¿qué piensan los votantes de Trump?
Un nuevo análisis de encuestas de la Universidad de Monmouth para The New York Times muestra el apoyo a DeSantis más o menos dividido entre los que tienen una opinión favorable de Trump y los que no. Y en un campo más concurrido de candidatos presidenciales republicanos, la misma encuesta muestra que el gobernador de Florida pierde terreno frente a Trump casi exclusivamente debido a los simpatizantes del Movimiento para Detener a Trump , que dicen que apoyarían a otros candidatos.
“Los votantes que apoyan a Trump representan al menos la mitad del apoyo actual de DeSantis”, indicó Patrick Murray, director del Instituto de Sondeos de la Universidad de Monmouth. “Ese grupo es actualmente el más estable para él en un campo de múltiples candidatos”.
La encuesta se realizó entre el 16 y el 20 de marzo, 10 días antes de que un gran jurado de Manhattan acusara a Trump en un caso relacionado con el pago a una actriz porno para sobornarla. Las encuestas públicas desde entonces sugieren que Trump ha seguido ampliando su ventaja sobre DeSantis.
Mientras prepara una campaña presidencial, DeSantis ha tenido que determinar cómo persuadir a los republicanos para que se alejen de Trump y lo apoyen a él en su lugar. Si DeSantis ataca a Trump, algo que hasta ahora ha evitado en gran medida, podría alejar a los partidarios que aún tienen en alta estima al expresidente. Pero si hace campaña como heredero de Trump, corre el riesgo de repeler a una quinta parte de los republicanos que aseguran que no les gusta Trump.
La coreografía del gobernador de Florida en este bailoteo político dará color a cada discurso que pronuncie y a cada proyecto de ley que firme.
El jueves, los legisladores de Florida aprobaron una ley que prohibiría el aborto en el estado después de seis semanas de embarazo, esa noche DeSantis declaró en Twitter que había firmado el proyecto de ley. El hecho de que apoye esta medida refleja una estrategia política más amplia para luchar contra Trump por el control de la derecha del partido: Aunque DeSantis se ha mostrado reacio a opinar sobre estrictas medidas contra el aborto que han alejado a algunos votantes moderados de su partido, su apoyo a la ley de Florida complacerá a los poderosos activistas pro vida del partido.
Un portavoz de DeSantis no respondió a una solicitud de comentarios.
Entrevistas con votantes republicanos en eventos de DeSantis en tres estados en el último mes muestran que están ansiosos por escuchar más sobre el gobernador de Florida, quién es y qué haría en el cargo, y menos sobre el hombre al que suplantaría como líder del partido. DeSantis no ha presentado formalmente una candidatura presidencial, pero se espera que lo haga en algún momento después de que la sesión legislativa estatal termine el próximo mes. Ha viajado por todo el país dando discursos en actos del Partido Republicano y con motivo de la gira de promoción de su libro durante gran parte del año.
En la promoción del libro en Long Island, Nueva York, el mes pasado, Anthony Falvo, de 70 años, dijo que no estaba interesado en una tercera candidatura presidencial de Trump. Y a pesar de estar interesado en DeSantis, Falvo no quería que el gobernador de Florida lanzara una campaña agresiva contra el expresidente.
“Yo me mantendría alejado de eso”, indicó Falvo. “Solo creo que tiene que ser más firme con su mensaje”.
En la ciudad de Davenport, en Iowa, Mark Johnson, un ingeniero eléctrico de 65 años, se identificó como un partidario de Trump que también estaba siguiendo a DeSantis, diciendo que el gobernador tenía “sentido común” y “no hace locuras”.
Al preguntarle cómo podría DeSantis ganarse su apoyo, Johnson dijo: “Lo primero es ignorar a Trump”.
Y añadió: “Todavía no ha ido realmente contra Trump, así que parecería fuera de lugar si lo hiciera. No quiero un farsante, y sé quién es Trump: es un chiflado, pero tiene buenas políticas”.
Algunos aliados de DeSantis han hablado en privado sobre la posibilidad de atraer lentamente a los partidarios de Trump que no tengan un título universitario, señalando que DeSantis se desempeña bien con este grupo de votantes, a pesar de que la mayoría no sabe mucho sobre él. En la encuesta de Monmouth, DeSantis tenía el apoyo del 40 por ciento de los republicanos con un título de secundaria o menos en comparación con Trump; el 18 por ciento de los mismos encuestados dijeron que no sabían lo suficiente sobre DeSantis para saber si les gustaba o no.
Y aunque DeSantis ha perdido bastante terreno frente a Trump en las encuestas públicas durante los últimos meses, se ha mantenido como el principal aspirante del partido gracias al respaldo de los republicanos a los que les gusta Trump.
En un cara a cara contra Trump, DeSantis gana el 76 por ciento de los republicanos a los que no les gusta el expresidente. Pero el gobernador de Florida pierde alrededor de un tercio de esos republicanos cuando se le presentan rivales adicionales como opciones para las elecciones primarias presidenciales, incluyendo al vicepresidente de Trump, Mike Pence, o Nikki Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur.
Michael C. Bender – The New York Times
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