Un grupo de investigadores australianos sugiere que conducir un vehículo con menos de cinco horas de sueño es tan arriesgado como manejar por encima del límite legal de alcohol, en estado de ebriedad, según se detalla en un estudio publicado el martes 4 de abril por la revista Nature and Science of Sleep.
Los autores se percataron que los siniestros provocados por conductores alcoholizados en Australia disminuyeron en los últimos 20 años por diferentes motivos, como inversión en la educación pública, mayor autocontrol, presencia policial en las autopistas y propaganda.
En Australia, se considera que los conductores están incapacitados para manejar un vehículo si la concentración de alcohol en la sangre es igual o superior a 0,05%, límite similar al de países como Alemania, Francia, Italia y otros países europeos.
¿Se puede reducir el número de accidentes por cansancio?
Sin embargo, un 20% de los accidentes automovilísticos registrados en el país oceánico fueron atribuidos a la fatiga o el cansancio. En ese contexto, los investigadores se plantearon la posibilidad de disminuir los accidentes y buscar una mejor seguridad vial.
“¿Hay algún punto en el que podamos considerar que un conductor está incapacitado debido a la fatiga?”, se preguntaron en The Conversation.
El riesgo aumenta con cada hora menos de sueño
Tras observar las conclusiones de 61 estudios relacionados con la cantidad de horas de sueño recomendada, los investigadores se percataron de que dormir menos de cinco horas está asociado con un doble de riesgo de sufrir un accidente automovilístico, justamente como los conductores en estado de ebriedad.
Incluso, mientras menos horas de sueño, mayor es el riesgo: “Algunos estudios incluso sugirieron que cuando un conductor durmió entre cero y cuatro horas la noche anterior, puede tener hasta 15 veces más probabilidades de sufrir un accidente”, agregaron los autores.
¿Cómo aplicar una ley para el resguardo de la seguridad vial?
Los científicos se preguntan ahora si es posible regular esta situación para poder evitar futuros accidentes de tránsito ocasionados por personas agotadas.
Los conductores que beben alcohol lo hacen voluntariamente, pero no hay forma de controlar si una persona al volante durmió lo suficiente, y existen muchos que no pueden dormir por trastornos, por trabajos con turnos o por ser padres de un recién nacido.
“No existe una forma actual de evaluar la fatiga al borde de la carretera: no hay una prueba de aliento o un análisis de sangre que pueda evaluar cuánto ha dormido o qué tan afectado está”, subrayaron.
No obstante, hay algunas ideas. Por ejemplo, impulsar una ley que obligue a los conductores cansados que provocaron un accidente a asumir una mayor responsabilidad legal, concluyeron los científicos.