¿Cómo se relacionan las sandías, los juguetes sexuales, las pelucas, las patatas y un gran oso? Todos ellos se han utilizado como formas creativas de pasar drogas de contrabando como parte de las operaciones de narcotráfico.
Desde que empezó la Guerra contra las Drogas en 1914, los cárteles de la droga han ideado métodos innovadores para trasladar las sustancias ilegales de los proveedores a los compradores.
El punto álgido del contrabando de drogas tuvo lugar en las décadas de 1970 y 1980, cuando los cárteles se dedicaban a transportar cocaína desde Sudamérica hasta los consumidores.
El mercado estadounidense de drogas ilícitas es el mayor del mundo, con un valor de más de $80 mil millones anuales. El año pasado, las autoridades federales interceptaron más de 7 mil libras de cocaína, el triple que el año anterior.
Desde narcotúneles a extensiones de pelo llenas de droga, a lo largo de los años los traficantes han cambiado sus métodos, pero pocas historias son tan cautivadores como la historia del “oso de la cocaína”.
Esta historia es tan emocionante que Universal la está convirtiendo en una gran película, Cocaine Bear.
¿Cómo es la historia?
En septiembre de 1985, un contrabandista llamado Andrew Thornton II intentó introducir cientos de kilos de cocaína de Colombia a Estados Unidos. Pudo hacerlo fácilmente porque había trabajado como policía durante nueve años, incluso como oficial de narcóticos.
Sin embargo, durante el vuelo sobre el Medio Oeste, Thornton empezó a temer que las autoridades le siguieran la pista, así que arrojó la droga sobre los bosques de Georgia y saltó en paracaídas para recuperarla.
Esto le resultó más fácil porque había trabajado como policía durante nueve años en Lexington, incluso como oficial de narcóticos. Sin embargo, mientras sobrevolaba el Medio Oeste, Thornton entró en pánico y creyó que las autoridades le seguían la pista. Como consecuencia, arrojó la cocaína a los bosques de Georgia y saltó tras ella en paracaídas.
El paracaídas de Thornton no funcionó correctamente. Unos días más tarde, su cuerpo fue encontrado en el bosque, junto con varias pistolas, algo de dinero en efectivo y alrededor de 75 libras de cocaína. El resto de la droga fue consumida por un enorme oso. El caos no se hizo esperar.
La trama de la película se aleja un poco de los hechos reales en varios aspectos. En particular, no se sabe que el Oso de la Cocaína (Cocaine Bear) matara a nadie tras consumir drogas, y se desconoce qué ocurrió en el tiempo que precedió a su muerte por sobredosis.