Incluso cuando Suecia parece estar cerca de unirse a la alianza, la cooperación internacional celebrada por el Presidente Biden se ha visto desafiada a medida que la guerra en Ucrania se prolonga.
Ucrania no será admitida en la OTAN cuando el presidente Joe Biden y los líderes de la alianza occidental se reúnan en Lituania a partir de mañana martes. Pero parece que Suecia lo logrará pronto, ahora que Turquía, en una revocación de última hora anunciada el lunes por la noche, dice que ha levantado sus objeciones.
El anuncio del presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía, quien ha estado bajo una intensa presión por parte de Biden y líderes europeos, permite a la OTAN iniciar su reunión el martes en Vilna — una ciudad con una larga historia de dominio ruso y soviético — segura de que la alianza occidental ahora puede agregar a su miembro número 32.
Biden, solo horas después de aterrizar en Lituania, celebró el momento en un comunicado, diciendo que estaba “listo para trabajar con el presidente Erdogan y Turquía en el fortalecimiento de la defensa y la disuasión en el área Euro-Atlántica,” en lo que fue ampliamente interpretado como una indicación de que los Estados Unidos venderían a Turquía aviones de combate F-16 y otros armamentos.
Durante meses, se han llevado a cabo negociaciones sobre ambos temas, con la esperanza de demostrar que la invasión de Ucrania por parte del presidente Vladimir Putin resultó en lo contrario de lo que buscaba: una expansión y un fortalecimiento de la alianza occidental.
Pero las frenéticas conversaciones para alcanzar esos objetivos en los últimos meses han subrayado cómo la unidad de la OTAN que Biden celebra en cada oportunidad se está volviendo más difícil de sostener a medida que la guerra continúa. Y el debate constante sobre el futuro de Ucrania, un problema que ha dividido a Washington frente a algunos de los miembros más nuevos y vulnerables de la OTAN, ha sido un claro ejemplo de esa dificultad.
La alianza funciona por consenso, lo cual enoja cada vez más a sus miembros más grandes, que proporcionan gran parte del presupuesto y el gran poderío militar. El presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania, quien ha pasado la última semana saltando entre las capitales de la OTAN para obtener apoyo, ha amenazado con saltarse el evento si los miembros no logran un progreso significativo en forjar un compromiso claro de cómo, y cuándo, será integrado en la alianza occidental.
Zelensky ha asistido a una serie de reuniones críticas para la continuación de la ayuda en la lucha contra Rusia, por lo que si se pierde esta, será una evidencia visual de una brecha.
En una entrevista transmitida por CNN el domingo, Biden dijo sobre Ucrania, “No creo que esté lista para la membresía en la OTAN”. Luego reconoció un miedo más profundo y de larga data: que admitir a Ucrania ahora, dado el compromiso de la OTAN con la defensa colectiva, aseguraría que “estamos en guerra con Rusia”. Ese es un argumento que el presidente ha estado haciendo durante 15 meses.
Alemania está de acuerdo con Biden, pero varios países del antiguo bloque soviético ahora en la OTAN no están de acuerdo, diciendo que Ucrania traería una de las naciones más fuertes y probadas en batalla de Europa a la alianza y que merece ingresar ahora o tan pronto como haya un alto el fuego.
La entrada de Suecia parece estar mucho más cerca.
Biden había estado al teléfono con Erdogan nuevamente el domingo, abogando por la unidad de la OTAN. En un relato escueto de la llamada, la Casa Blanca dijo, con cierto eufemismo, que Biden le comunicó a Erdogan “su deseo de dar la bienvenida a Suecia a la OTAN lo más pronto posible”.
Todo esto habría sido lo suficientemente complicado de manejar en una cumbre de dos días, justo en el momento en que los líderes europeos están tratando de vender a sus públicos la idea de convertir a la OTAN una vez más en lo que era: una verdadera fuerza de combate que entrena y patrulla para mantener a Moscú a raya.
Pero las disputas sobre la membresía pueden verse eclipsadas por nuevas preocupaciones de que la tan esperada contraofensiva ucraniana se ha estancado, y que Ucrania podría quedarse sin municiones, uno de los varios escenarios que los funcionarios de inteligencia de los EEUU dicen que el presidente Vladimir Putin de Rusia está considerando para convertir la humillación en victoria.
El problema de exactamente qué prometer a Ucrania será la pregunta más inquietante en la cumbre.
Se espera que el comunicado final diga que “el lugar legítimo de Ucrania está en la alianza de la OTAN”, dijeron funcionarios de países de la OTAN, pero hay un debate sobre si añadir “cuando las condiciones lo permitan” o si detallar algunas de esas condiciones. Pero más allá de la redacción, cómo llega Ucrania y a través de qué proceso, sigue siendo un tema de disputa.
Ucrania y los aliados de Europa Central, especialmente aquellos que limitan con Rusia, dicen que quieren que se prometa a Ucrania una membresía inmediata una vez que cesen los combates.
Los Estados Unidos, Alemania, los Países Bajos y otros países rechazan ese enfoque. Insisten en que Ucrania debe llevar a cabo otras reformas de sus sistemas político, financiero y judicial para calificar para la membresía. Lo que importa ahora, dicen, es la ayuda práctica a medio plazo: comprometerse a apoyar a Ucrania militar y financieramente a través de las elecciones presidenciales estadounidenses y más allá.
Biden dijo el mes pasado que no habrá “atajos” para que Ucrania entre en la OTAN, incluso después de la guerra.
Puede parecer simplemente un argumento sobre afinar el lenguaje diplomático, pero para que esta cumbre tenga éxito, debe demostrar la unidad transatlántica en el apoyo a los esfuerzos de Ucrania para expulsar a las fuerzas rusas, y en la disuasión de una nueva invasión si se negocia algún tipo de alto el fuego. Putin está buscando grietas, y Zelensky necesita algo alentador para llevar a casa en medio de una larga guerra y una contraofensiva lenta y llena de bajas.
Amanda Sloat, directora senior para Europa en el Consejo de Seguridad Nacional, dijo el viernes que Biden trabajará con Ucrania para prepararla para la OTAN, pero “ha dicho que Ucrania tendría que hacer reformas para cumplir con los mismos estándares que cualquier otro país de la OTAN antes de unirse. Así que hay estándares que la alianza establece para todos los miembros, y el presidente dejó claro que Ucrania tendría que hacer esas reformas.”
No importa cómo se redacte, los funcionarios de la OTAN dicen que otro elemento clave de la cumbre será una demostración de apoyo práctico para Ucrania. Putin, han argumentado varios líderes de la OTAN, cree que el compromiso de Europa disminuirá, y eso, combinado con una ventaja en municiones, finalmente llevaría a la derrota de Ucrania.
Por lo tanto, los próximos dos días estarán llenos de promesas, organizadas bajo un compromiso general emitido por algunos países, quizás el Grupo de los Siete, o un grupo más pequeño conformado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia, al que otros países se suscribirán, dijeron diplomáticos de países de la OTAN. La esperanza es emitir tal documento con las promesas en Vilna.
El documento tiene como objetivo proporcionar a Ucrania compromisos de seguridad serios a largo plazo, incluso si no alcanza la garantía de seguridad de la plena membresía de la OTAN. Eso significa proporcionar armas modernas y entrenamiento que aseguren que Ucrania esté tan bien armada que Rusia nunca intentaría invadirla en el futuro.
Camille Grand, ex alto funcionario de la OTAN ahora con el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que el desafío sería evitar “simplemente repetir las vagas promesas del pasado. Tenemos que contrarrestar la idea de que si tienes un conflicto congelado, no eres bienvenido”.
David E. Sanger, Steven Erlanger y Lara Jakes – The New York Times
