A última hora de la tarde del jueves, el expresidente Donald Trump entró en la cárcel del condado de Fulton para una entrega voluntaria antes de la fecha límite del viernes, fijada por el fiscal del distrito del condado de Fulton, Fani T. Willis.
Siguiendo el procedimiento habitual para todos los detenidos, se tomaron las huellas dactilares de Trump y se le hizo una foto de archivo, que se hizo pública previa petición, de forma similar a lo que ocurre con otros acusados de delitos penales en el estado.
Esto supone un hecho notable, ya que la foto de un expresidente en el momento de su detención es un acontecimiento sin precedentes, reseñó The Washington Post.
En los tres casos anteriores de imputaciones legales contra Trump, las fuerzas del orden optaron por no tomar ni publicar una foto policial, en parte para evitar el sensacionalismo y al considerar que no se requería identificación fotográfica del expresidente.
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Mientras Trump comparecía, una congregación de seguidores de Trump fue vista cerca de la entrada de la cárcel, mostrando carteles y banderas pro-Trump, todo ello mientras las barreras policiales los mantenían a distancia.
Funcionarios del condado de Fulton insistieron en que Trump y los otros 18 acusados en el caso, bajo las leyes del estado de Georgia, se someterían al proceso rutinario de registro en la cárcel, conocida informalmente como “Rice Street”.
Medidas impuestas a Trump
En una medida sin precedentes entre las cuatro acusaciones que lleva, Trump tuvo que pagar una fianza de 200.000 dólares en Georgia y quedó en libertad bajo estrictas condiciones.
Se le prohíbe comunicarse con testigos o coacusados sobre el caso, salvo a través de su equipo legal.
Además, prohíbe no intimidar a testigos o coacusados ni hacer amenazas, directa o indirectamente.
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