Incendios forestales en dos de las islas de Hawái mataron a al menos a seis personas la mañana del miércoles, de acuerdo con un reporte realizado por las autoridades.
Mientras que continúan las operaciones de búsqueda y rescate de locales y turistas atrapados en áreas sin electricidad y sin caminos accesibles.
Las autoridades firmaron una proclamación de emergencia el miércoles y recomendaron a los turistas no viajar a Maui, la isla más afectada donde los refugios están al máximo de su capacidad.
También están haciendo enlaces principales aerolíneas para emitir exenciones y bajar las tarifas para que los visitantes atrapados puedan evacuar lo antes posible.
El gobernador Josh Green informó que los incendios han destruido gran parte de la popular ciudad turística de Lahaina en la isla de Maui, y cientos de familias han sido desplazadas.
Las condiciones secas y los fuertes vientos relacionados con el huracán Dora también provocaron incendios en la isla de Hawái.
“Esperábamos lluvia e inundaciones. Nunca anticipamos en este estado, que un huracán que no impactó en nuestras islas, provocaría este tipo de incendios forestales”, declaró la vicegobernadora Sylvia Luke.
El gobierno de Hawái advirtió a los residentes que posiblemente este desastre natural cause “daños a la propiedad y/o lesiones corporales”.
Luke declaró un período de ayuda de emergencia hasta al menos el 15 de agosto y activó a la Guardia Nacional de Hawái para ayudar con los esfuerzos de evacuación y la respuesta a desastres.
Los incendios han destruido cientos de acres en regiones como Kula, North Kohala y South Kohala.
El Grupo de Manejo de Incendios Forestales explicó a The Washington Post que aunque los incendios alguna vez estuvieron relacionados en gran medida con erupciones volcánicas y rayos secos raros, se han vuelto más comunes durante el siglo pasado a medida que los humanos han introducido más pastos y arbustos no nativos propensos al fuego.
Los pastizales y matorrales no nativos cubren casi una cuarta parte de la superficie terrestre total de Hawái, y se están volviendo más inflamables a medida que el cambio climático trae condiciones más cálidas y secas.