El martes 27 de septiembre la embajada de Estados Unidos en Rusia publicó una alerta de seguridad en la que instó a los ciudadanos americanos que salgan de ese país inmediatamente, esto después de que Vladimir Putin ordenara llamar a reservistas para unirse a la invasión en Ucrania.
La embajada también advirtió a los estadounidenses que, por su seguridad, no viajen a Rusia. Explicó que para salir de ese país los vuelos son limitados, aunque las rutas terrestres en automóvil y autobús aún están abiertas.
Dijo que los estadounidenses que deseen salir de Rusia deben hacerlo a través de “arreglos independientes lo más antes posible” ya que el ente tiene severas limitaciones en su capacidad para ayudarlos.
“Rusia puede negarse a reconocer la ciudadanía estadounidense de personas con doble nacionalidad, negarles el acceso a la asistencia consular de los Estados Unidos, impedir su salida de Rusia y reclutar a personas con doble nacionalidad para el servicio militar”, alertó la embajada.
Puso a disposición una de apoyo y orientación para los estadounidenses en Rusia: el Departamento de Estado habilitó una página para brindar información sobre vuelos comerciales al país, los requisitos para ingresar a países cercanos y requisitos para visas de familias rusas-estadounidenses.
Por último, Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos no protestar en Rusia, ni fotografiar a los funcionarios de seguridad en manifestaciones, ya que las autoridades están arrestándolos.
“Recordamos a los ciudadanos estadounidenses que el derecho a la reunión pacífica y la libertad de expresión no están garantizados en Rusia”.
El miércoles 21 de septiembre Vladimir Putin hizo un anuncio que en ese país no se veía desde la II Guerra Mundial: activó la “movilización parcial” de reservistas y se espera que unos 300 mil de los más experimentados guerreros vayan al frente con Ucrania durante el invierno.
Posterior al anuncio, los medios locales informaron que los vuelos para salir de Rusia en los próximos días a países que no requieren visado se agotaron casi inmediatamente, y los precios de algunos billetes a destinos como Turquía, Armenia y Azerbaiyán superaron los 2 mil euros.
Fuente principal de la noticia: The Hill.