El sistema de refugio de emergencia del estado está sobrecargado, por lo que una Iglesia ayuda a inmigrantes sin hogar.
Por Sarah Betancourt
La gobernadora Maura Healey declaró un estado de emergencia la semana pasada. Con eso vino un llamado a los residentes locales y a los tomadores de decisiones para considerar la apertura de espacios no utilizados a las familias migrantes, que están llegando a Massachusetts en creciente número, tanto para viviendas a corto como a largo plazo.
El estado indica que las personas interesadas pueden comunicarse con el Brazilian Workers Center.
“Si tienen una habitación o suite extra en su casa, consideren alojar a una familia. Vivienda segura y refugio es nuestra necesidad más urgente”, dijo la vicegobernadora Kim Driscoll el martes. Más allá de eso, pidió a los líderes de la educación superior y a los empresarios que se involucraran.
“Si eres un funcionario local, un presidente de universidad, un dueño de negocio o un líder religioso con un edificio o espacio disponible en tu comunidad, por favor trabaja con nosotros para ofrecerlo como un sitio de refugio”, dijo.
La administración agregó que el estado está viendo a más de 100 familias migrantes solicitando el sistema de refugio de emergencia cada día.
Mientras Massachusetts espera ayuda federal, las conexiones personales y la intervención local pueden ser las mejores soluciones para ayudar inmediatamente a los nuevos solicitantes de asilo, muchos de los cuales huyeron de países debido a la agitación económica y la violencia.
¿Cómo empezó esta iglesia a ayudar inmigrantes sin hogar?
En Hartford Street Presbyterian Church en Natick, la pastora interina Katie Cole tenía un amigo que trabajaba para el estado y conectó la iglesia con el Brazilian Worker Center a principios de este verano.
La iglesia ayuda inmigrantes preparando habitaciones en sus espacios de escuela dominical, que no se utilizan durante el verano, para las familias.
“Recibiremos una llamada diciendo, ¿Pueden recibir a algunas familias? Estarán allí en un par de horas”, dijo Cole.
Las 11 familias que han albergado en la iglesia desde junio son todas haitianas y todas tienen hijos. Voluntarios de esta iglesia que ayuda inmigrantes sin hogar, miembros del Brazilian Worker Center y Agencia Alpha, un proveedor de servicios legales, ayudan a las familias cuando llegan. La mayoría se queda unos días mientras completan una solicitud para el sistema de refugio de emergencia del estado.
El espacio de la escuela dominical incluye un gran comedor y una ducha. Un área de juegos en el exterior ha sido un espacio de alivio para los 21 niños que han estado allí, que van desde los 2 meses hasta los 12 años. Un diácono y un feligrés ambos hablan criollo haitiano y pasan tiempo traduciendo. Las familias pueden cocinar en la cocina y muchos feligreses han dejado comidas preparadas.
“Cada familia ha agradecido este lugar para quedarse, y todos han reconocido que quedarse en el sótano de una iglesia no es el plan a largo plazo de nadie”
Katie Cole, pastora interina-
Ella dijo que la mayoría de la congregación ha emigrado de diferentes lugares en todo el mundo.
“Sabemos cómo es esto. Tenemos la capacidad de extender una bienvenida a quienes no conocen a nadie aquí en este momento”, dijo Cole.
También hay de 15 a 20 familias anfitrionas que han estado dando refugio a familias recién llegadas los fines de semana, dijo el estado. Los inmigrantes recién llegados se quedan en esos espacios de dos a tres días.
El Brazilian Worker Center, donde se encuentra el centro de bienvenida de Boston, recluta familias anfitrionas, determina su idoneidad, las incorpora y las empareja en circunstancias apropiadas con familias recién llegadas, dijo el estado. Ese programa puede ampliarse para incluir la contratación activa de nuevas familias y organizaciones. Las familias anfitrionas están sujetas a verificaciones de antecedentes.
Ese centro de bienvenida y el otro en Eastern Nazarene College apoyarán a cualquier familia que se quede con los residentes locales con necesidades básicas como zapatos, artículos de tocador, pañales y juguetes pequeños.
«En un esfuerzo por garantizar que las familias que experimentan la falta de vivienda tengan acceso a refugio seguro y protegido, el Brazilian Worker Center ha estado conectando a algunas familias recién llegadas con familias anfitrionas como parte de su asociación con la Oficina de Refugiados e Inmigrantes», dijo un portavoz del departamento estatal de Salud y Servicios Humanos.
Si deseas leerlo en inglés visite GBH.
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