Una aglomeración de embarcaciones comerciales que hacen filas para pasar por el Canal de Panamá ha enviado a las empresas que normalmente usan la vía fluvial a buscar rutas alternativas.
El Canal de Panamá espera una merma en sus ingresos de alrededor de 200 millones de dólares en el 2024 debido a la reducción de tránsitos diarios que se ha visto obligado a implementar por la sequía, dijo este jueves su administrador, Ricaurte Vásquez.
Esta reducción en los ingresos del próximo año fiscal, que comenzará el 1 de octubre y concluirá el 30 de septiembre de 2024, es una consecuencia “de no disponer de agua”, dijo el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
“Estamos planificando que vamos a transitar entre 30 y 32 buques por día (en el año fiscal 2024), en lugar de los 36 a 38 buques que transitamos regularmente, cuando disponemos de la capacidad de agua”, lo que se traducirá en una caída de ingresos de “entre 150 y 200 millones de dólares”, afirmó Vásquez en un encuentro con medios y estudiantes panameños.
El canal de Panamá, una de las principales rutas del comercio marítimo mundial, enfrenta una grave crisis por la falta de agua. El cambio climático y el fenómeno de “El Niño” han reducido las precipitaciones en la región, lo que afecta el nivel de los lagos que alimentan la vía interoceánica.
Según Vásquez, el canal de Panamá tiene la desventaja de operar con agua dulce, a diferencia de otras rutas como el canal de Suez, que utilizan agua de mar. Esto implica que el canal depende de las lluvias para mantener su funcionamiento y evitar la salinización de los lagos. Advirtió que el canal debe encontrar soluciones para adaptarse a la nueva realidad y seguir siendo una ruta relevante para el comercio internacional. Entre las medidas que se están estudiando están la construcción de embalses, la desalinización del agua y el uso de tecnologías más eficientes.
El canal de Panamá es una obra de ingeniería que conecta el océano Atlántico con el océano Pacífico a través de un sistema de esclusas. Fue inaugurado en 1914 y ampliado en 2016. Por él pasa casi el 6% del comercio marítimo mundial.
Hace varias semanas las autoridades del Canal aplicaron una restricción temporal para eliminar los espacios de paso disponibles para buques reservados, con lo que esperan aliviar el cuello de botella de los barcos que esperan pasar sin reservaciones. Una aglomeración de embarcaciones comerciales que hacen filas para pasar por el Canal ha enviado a las empresas que normalmente usan la vía fluvial a buscar rutas alternativas.
Hasta el 10 de agosto, Panamá reportaba oficialmente 161 barcos cerca de ambos extremos del Canal, un aumento de los 90 barcos que normalmente se ven en esta época del año, dijo a Reuters la autoridad del Canal. Los datos de Refinitiv Eikon (herramienta de análisis, datos, trading y evaluación de riesgos) mostraron al menos 40 barcos más acercándose al pasaje.
Con la escasez de agua, y considerando que para cada barco pasante se usan 200 millones de litros de agua dulce para moverlo a través de las esclusas, se racionó a 32 los buques por día que pueden atravesar el canal, que sirve de conexión a 180 rutas, en 170 países, y conecta a 1.920 puertos en todo el mundo.
Mientras se espera que la situación se prolongue por al menos un año, las navieras alteran su logística para evitar retrasos: descargan contenedores en una punta para navegar más “livianos” y los vuelven a embarcar en la otra punta, luego de que transiten en tren todo el trayecto.
Asimismo, aunque la opción histórica de cruzar por el estrecho de Magallanes sigue en pie, instrumentaron una serie de recargos para hacerse de liquidez y lograr pagar la “ventana” para el cruce, un espacio de tiempo que la Autoridad del Canal subasta y por el que se pueden llegar a pagar US$ 350.000.
Desde 1914, más de un millón de naves han cruzado la vía, cuyos principales usuarios son Estados Unidos, China, Japón y Chile. Debido al menor calado, algunos mercantes descargan cientos de contenedores en el puerto pacífico de Balboa y vuelven a cargarlos en Colón (Caribe), tras cruzar el Canal.
Los contenedores son llevados en ferrocarril de una costa de Panamá a la otra, lo que implica demoras aunque no necesariamente mayores costos a las navieras, pues aunque deben costear el transporte en tren, pagan un peaje inferior en el Canal porque llevan menos carga.
La nueva restricción, dada a conocer a los clientes el pasado martes y que estará vigente hasta el 21 de agosto, afecta las antiguas esclusas del Canal, utilizadas por embarcaciones menores. El tránsito a través de las esclusas más grandes permanecerá inalterado, manifestó en un comunicado la ACP. Las medidas tienen como objetivo reducir alrededor de 51 millones de galones de agua necesarios para cada cruce mientras continúa la sequía prolongada.
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