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Colombia y una transición energética bajo presión

Importantes sectores de la oposición y de la economía se posicionan en contra de la salida de los combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Logrará Gustavo Petro implementar sus ambiciosos planes energéticos?

El gobierno colombiano se encuentra actualmente bajo presión desde muchos frentes. Ayer, miércoles (02.15.2023), miles de personas salieron a las calles a expresar su descontento contra el presidente, Gustavo Petro, y sus reformas a la salud, laboral y de pensiones, entre otras. Fueron unas protestas que, en número, superaron a las manifestaciones de apoyo al gobierno del día anterior.

Este jueves, organizaciones alemanas de derechos humanos publicaron una declaración conjunta con motivo de la visita a Alemania de la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez Mina, y del ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva Durán, en la que exhortan al gobierno de Petro a mantener el rumbo reformista y a intensificar la lucha contra las violaciones de los derechos humanos y la desigualdad social. Al mismo tiempo, se pide al gobierno alemán que preste un mayor apoyo a Colombia, especialmente en cuanto a la transición energética anunciada por Petro.

En entrevista con DW, Mischa Groh, presidente ejecutivo de la Cámara de Industria y Comercio Colombo-Alemana en Bogotá (AHK Colombia), se muestra optimista: “El gobierno de Gustavo Petro seguirá adelante con la transformación hacia un modelo económico sostenible, y Alemania puede hacer aquí una contribución política y económica. Ambos países comparten los objetivos políticos de lograr una reforma energética y seguir avanzando en la lucha contra el cambio climático. Un primer paso importante en la cooperación bilateral es la fundación del Centro Regional de Formación en Energías Renovables (CERFER) en 2022, que formará y perfeccionará a especialistas para la transición energética”.

¿Crecimiento económico en peligro?

En Colombia se critica que el giro de los combustibles fósiles a las energías renovables planeado por Petro pongan en peligro la prosperidad y el crecimiento económico del país. Mischa Groh no comparte ese temor: “Colombia cuenta con un desarrollo económico estable y positivo en los últimos años. Incluso bajo el gobierno de Petro, el país sigue en la senda del crecimiento. La OCDE prevé un crecimiento del 1,2% para Colombia en 2023 y del 1,7% en 2024. Sin embargo, la desaceleración económica mundial también está mermando las perspectivas económicas del país andino. Con la exitosa aprobación de la reforma tributaria y alrededor de 4.000 millones de dólares de ingresos adicionales en 2023, hay margen para proyectos adicionales”, afirma el responsable de AHK Colombia.

“El Cerrejón”, en Colombia, la mayor mina de carbón a cielo abierto de América Latina.

Pero las críticas aumentan en el país. El primer gobierno de izquierda de Colombia aspira a realizar profundas reformas estructurales de los sistemas de pensiones, educación y sanidad, entre otros, así como una reforma fiscal y agraria. Las principales promesas electorales son la paz, la justicia social y la protección del clima. ¿Acaso gobierno de Gustavo Petro se ha propuesto demasiado?

¿Quien mucho abarca poco aprieta?

Günther Maihold, director adjunto de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín, no se muestra sorprendido por el descenso de popularidad y las crecientes críticas a Petro en Colombia. “Ha iniciado una plétora de proyectos de reforma y ha generado la correspondiente resistencia entre diversos grupos. Ahora existe el peligro de que la resistencia de esos diferentes grupos se sume, y así su propia base ya no lo apoye tan fielmente”, dijo el experto en Sudamérica a DW. Según Maihold, Gustavo Petro debe tener cuidado de no mover demasiados hilos al mismo tiempo y desconcertar así a importantes sectores de la sociedad.

El carbón es más rentable que nunca

Colombia se encuentra en un dilema similar al de Alemania. Aunque ambos países quieren alejarse de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, también siguen dependiendo de las fuentes tradicionales de energía. Desde el comienzo de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, Colombia se ha convertido en un importante proveedor de carbón para Alemania: en 2022, las importaciones se duplicaron a más de 4,2 millones de toneladas en comparación con los años anteriores. Con “El Cerrejón”, en el departamento de La Guajira, Colombia posee la mayor mina de carbón a cielo abierto de América Latina. La mina pertenece al grupo suizo Glencore. Junto con la empresa estadounidense Drummond, los suizos dominan la minería de carbón colombiana.

Sebastian Rötters, experto en minería de carbón de la ONG ambiental alemana Urgewald, advierte en entrevista con DW que las grandes empresas internacionales podrían eludir su responsabilidad. Habría que aclarar quién se hará cargo de los costos de seguimiento una vez finalizada la explotación minera. Para ello, sería necesario elaborar planes. “¿Cómo se puede obligar a las empresas Glencore y Drummond a no dejar tras de sí un desastre total?”, se pregunta Rötters. No sería la primera vez, señala Rötters, que ” un subcontratista de una corporación quiebre, y la corporación piense que ya puede marcharse sin limpiar”. Al igual que los demás expertos, Rötters subraya que la transición energética en Colombia es un paso correcto, pero que necesita un tiempo y un marco claros.

(cp)

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