Aunque nació en Washington DC, el olor a café en su casa siempre estuvo presente con raíces en Honduras, de donde son sus padres. Ese vínculo con la cultura latina y en especial de su tierra lo tuvo desde joven y se materializó en un emprendimiento décadas más tarde.
Raúl Medrano, viene de una familia de caficultores, radicada por allá en los campos hondureños de Copán, donde la tradición de cultivar café se ha pasado de generación en generación y ha sido una forma de ganarse la vida, pero aún así con mucho esfuerzo para salir adelante.
Sin embargo, él tuvo la visión de preservar el rubro al invertir en la producción, mientras que levanta su emprendimiento en el área del DMV, Café Medrano, empresa familiar que ha ido creciendo, pues como él mismo lo dice, pasó de traer solo maletines con café para que lo probaran en él área, a importar más de 6 mil libras del grano al año.
Con un padre agrónomo, nunca faltó el contacto con la naturaleza y esa conexión con su tierra. Su “biculturalidad” es algo que, asegura, destaca y de la cual se siente orgulloso.
“El tema del café siempre estuvo presente en nuestra familia. En reuniones, por ejemplo. Recuerdo bien, los sábados preparaba el café en la mañana y lo llevaba directamente al hogar de mis padres, como tradición”, cuenta el empresario, quien también hace memoria y trae a su mente los momentos de su primer contacto con sus raíces.
Raíces e identidad
“El primer viaje que hice a Honduras fue con mi mamá entre 1985 y 1986. Tenía 21 años en ese momento. Fue la primera vez que viajé fuera del país y el primer país que visité en el exterior. Era Navidad. Fue una experiencia increíble que marcó mi vida totalmente. Me dio sentido de identidad. Conocí familia, la tierra de mis padres. Regresé con toda esa emoción, historia, pasión y amor. Eso me dio una nueva identidad”, relata.
Medrano sabe que es fácil perder la identidad, pero muchas veces es hasta confuso porque siente que no se es “ni de aquí ni de allá”. Pero ese viaje cambió su perspectiva de lo que era ser latino y hondureño.
“Sí, nací aquí, definitivamente manejo los dos idiomas y reconozco eso, pero en mucho de mí, en mucho de mi personalidad, me identifico con nuestra cultura latinoamericana”.
Y así lo ha puesto en práctica en su vida, pues a sus hijos también les transmitió la cultura hondureña y el amor, así como orgullo por su origen.
“Cuando ellas (sus hijas del primer matrimonio) tenían 13 o 14 años yo las enviaba a Honduras a estar con familia, con primos. Luego llegaba a finales del verano para estar con ellas, pero pasaban casi toda la temporada allá viviendo otra experiencia del idioma. No era como tomar unas clases de español, sino una convivencia total. Ya ahora tienen hogares con hijos, son bilingües y ‘biculturales’”, dice orgulloso, mientras asegura que con los hijos de su actual pareja el objetivo es otro, pues como ya llegaron con la cultura latina, pretende ser un pilar para que no la pierdan en el proceso de adaptación en Estados Unidos.
Hoy día el empresario afirma que puede ir a cualquier país de América Latina y que se identifica fácilmente, pues de hecho, ha viajado por muchas naciones y las relaciones que ha hecho con la gente han sido formidables, todo gracias al idioma y arraigo en su identidad que le da esa “biculturalidad”.
Detrás del emprendimiento
Como Medrano había crecido en un entorno vinculado al café heredado de generaciones previas, incluidos sus padres antes de migrar en 1960, la decisión de apoyar a sus familiares en su tierra, para que tuvieran una mayor productividad y no arriesgaran sus vidas viniendo al norte en busca de mejores oportunidades de vida, como asegura ocurre comúnmente con los más jóvenes, la tomó en 2018, cuando estableció formalmente la marca de Café Medrano, aunque ya desde hacía mucho tiempo atrás se hablaba de café en su casa.
“Yo obviamente no me crié en una finca de café, pero cuando iba de visita a Honduras, sí íbamos a ver los familiares que tenían fincas y consumíamos. En ese sentido era algo muy natural en nuestra familia. Entonces esto de emprender inició cuando tuve una conversación con unos primos y primas en particular que me comunicaron que querían hacer algo diferente con el rubro”, revela.
Sus parientes le dijeron: “No queremos seguir la misma línea de nuestros padres y de nuestros abuelos, de mucho sacrificio, mucho trabajo, mucho empeño, pero nunca salimos adelante económicamente”.
Así que al escuchar eso, como emprendedor Medrano se activó. “Ustedes están pensando igualmente, como yo pienso también sobre el emprendimiento, ¿por qué no formamos nuestra propia marca?”, les preguntó.
Así nació la empresa de café, con un foco que va “desde la finca hasta la taza”. Se trata de un concepto artesanal con un sabor único y un negocio en el que tienen control de la producción, importación, distribución, tueste y comercialización. Es una compañía familiar y se nota el interés y cuidado que ponen desde su cultivo hasta que llega al paladar del consumidor.
“Yo invierto en mejoras de las fincas allá y les doy apoyo a ellos. También en las piezas de mercadeo que tenemos en la página web, en los folletos, siempre doy un enfoque en ellos porque son los productores del producto en sí. Uno lo comercializa porque eso es lo que yo conozco, pero de verdad ellos son los protagonistas”, relata Medrano quien al momento de esta entrevista estaba por recibir el pedido correspondiente a la cosecha del año.
Crecimiento
Una empresa que empezó en un maletín con las primeras 50 libras de café ya tostado, hoy día importa más de 6 mil libras al año. “Entre más se vende de este lado, más café voy a comprar y más mejoras se pueden hacer en nuestras operaciones”, asevera.
El crecimiento ha sido más que evidente y espera seguir expandiéndose. En 2022 recibieron un premio al mejor café en el evento DMV Chocolate & Coffee Festival, el cual contó con más de 10 mil asistentes.
“En este momento estamos en tres Farmers Markets: en el área metropolitana en Washington, DC en la Universidad del Distrito de Columbia los sábados de 9:00 am a 1:00 pm. Estamos en otro Farmers Market por el círculo de Chevy Chase y la Connecticut. También en Lafayette Elementary School, que es los sábados y cruzando el Chesapeake Bay Bridge, en un pueblo que se llama Chestertown. En línea, la gente puede ordenar (cafemedrano.com) y nosotros se lo enviamos a cualquier estado en los Estados Unidos”.
Medrano, quien por cierto desde 2016 dirige el Small Business & Entrepreneurship Program en Carlos Rosario International Public Charter School, espera que sigan expandiéndose posiblemente a supermercados y hacia empresas que tuestan el café y que desean comprarlo para comercializarlo bajo la figura de co-branding. Así que más éxitos están por venir.