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“Aterrizaje suave sigue entre las posibilidades”

Heather Boushey explica al FT que el gobierno de Biden cree que las inversiones a gran escala amortiguarán la recesión.

La Casa Blanca cree que la economía estadounidense aún puede lograr un “aterrizaje suave” si las inversiones públicas a gran escala promulgadas por Joe Biden contribuyen a impulsar el mercado laboral en los próximos meses y años, según declaró una alta asesora del presidente.

Los comentarios de Heather Boushey, quien forma parte del consejo de asesores económicos de la Casa Blanca, se producen en un momento en que muchos economistas temen una desaceleración significativa y posiblemente una recesión, mientras la Reserva Federal avanza con su agresivo plan de aumentar las tasas de interés y erradicar la alta inflación.

Los funcionarios de la Reserva Federal pronosticaron este mes que EEUU apenas evitaría una contracción en 2023, con un aumento de la producción de solo el 0,5 por ciento. Los banqueros centrales estadounidenses prevén que la tasa de desempleo del país aumente del 3,7 por ciento en noviembre al 4,6 por ciento a finales del próximo año, lo que implica la probable pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo.

Pero Boushey declaró al Financial Times que una serie de leyes aprobadas por el Congreso y firmadas por el presidente durante sus dos primeros años de mandato han creado “flujos de financiamiento” para infraestructuras, energías limpias y fabricación de semiconductores que ayudarían a amortiguar cualquier desaceleración de la “economía real”.

Aunque sigue habiendo “retos” e “imprevistos”, desde la pandemia de Covid-19 hasta la guerra de Ucrania, que perjudican las perspectivas, la reciente legislación estará “empujando en dirección opuesta”, declaró.

“Seguimos siendo optimistas y creemos que podremos lograr el aterrizaje suave que estamos buscando”, afirmó. “El tiempo lo dirá, pero creo que las piezas están en su lugar para tener posibilidades de lograrlo”.

El mercado laboral estadounidense se ha comportado mejor de lo esperado en los últimos tres meses, incluso con la compresión de la política monetaria de la Reserva Federal en plena marcha: ha registrado un aumento promedio mensual del empleo de 272.000 puestos, una señal de resistencia que la Casa Blanca ha recibido con alivio.

“Hemos logrado la mayor recuperación del empleo que en todas las recuperaciones recientes”.

Boushey señaló tres instrumentos legislativos concretos que apoyarían al mercado laboral estadounidense: la Ley Bipartidista de Infraestructura aprobada en noviembre de 2021, la Ley de Chips y Ciencia y la Ley de Reducción de la Inflación aprobadas en el verano de 2022.

“Estamos viendo cómo las inversiones del sector privado se suman a las del sector público en la economía real y en la base industrial de Estados Unidos, lo que sabemos que tiene fuertes efectos multiplicadores”, afirmó.

Mientras tanto, la inflación ha empezado a remitir, algo que ha reconfortado al gobierno de Biden, ya que el aumento anual del índice de precios al consumidor ha bajado de un máximo del 9,1 por ciento en junio al 7,1 por ciento en noviembre, aunque se mantiene en un nivel que los funcionarios de la Reserva Federal consideran demasiado alto.

Según la Asociación Estadounidense del Automóvil, el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos fue de $3,1 por galón esta semana, inferior al nivel de $3,6 por galón de hace un mes e incluso inferior a los $3,2 por galón de hace un año, antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

Aunque la Reserva Federal es la principal responsable de combatir la inflación, la Casa Blanca ha intentado tomar medidas para frenar la subida de precios este año, entre ellas suplir al mercado con millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo. “El [índice de precios al consumidor ha] bajado dos puntos con respecto al verano pasado, lo cual es un gran logro”, señaló Boushey. “Teníamos un plan, el presidente ejecutó ese plan, y se pueden ver los beneficios para el pueblo estadounidense”.

Los esfuerzos de la Reserva Federal por enfriar la economía distan mucho de haber concluido. Este año elevó su tasa de interés de referencia de casi cero a un rango objetivo de entre el 4,25 por ciento y el 4,50 por ciento. Según las proyecciones más recientes, publicadas a mediados de diciembre, la mayoría de los funcionarios prevé que superará el 5 por ciento el año próximo y se mantendrá en ese nivel al menos hasta 2024.

En su última rueda de prensa del año, el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, afirmó que aún era “posible” un aterrizaje suave o “más o menos suave”, aunque añadió que “los acontecimientos de los últimos meses han elevado el grado de dificultad”. A principios de diciembre, el 85 por ciento de los economistas encuestados por el Financial Times en un sondeo conjunto con la escuela de administración de la universidad de Chicago preveían una recesión el año próximo.

La economía estadounidense es vulnerable no solo por el impacto que tienen las políticas de la Reserva Federal, sino también por el riesgo de nuevas crisis externas, como la guerra de Ucrania y la lucha de China por contener el Covid-19 a medida que relaja sus restricciones.

En el ámbito nacional, es probable que la Casa Blanca tenga menos flexibilidad para afrontar cualquier crisis económica o financiera, ya que los republicanos tomarán el control de la Cámara de Representantes en enero.

Sin embargo, Boushey confía en que pueda evitarse la parálisis total. “Un gobierno dividido siempre presenta un reto, pero una de las cosas que ha demostrado el presidente Biden es que está dispuesto a trabajar con cualquiera (demócrata, republicano, independiente) para conseguir que las cosas se hagan”.

El mayor riesgo que plantea Washington para la economía estadounidense sería que el Congreso no llegara a un acuerdo para aumentar el límite de endeudamiento el año que viene, lo cual podría provocar un impago de la deuda pública. Los republicanos ya advirtieron que exigirán profundos recortes del gasto a cambio de una votación para elevar el límite de la deuda, a lo cual se opondrían los demócratas y la Casa Blanca; y eso llevaría a un enfrentamiento de alto riesgo.

“El límite de la deuda sigue siendo un reto”, aclaró Boushey. “Si el gobierno no pagara la deuda, serían muy negativas las consecuencias para la economía estadounidense … y el pueblo no se beneficiaría. Así que el presidente hará todo lo posible para que no entremos en esa situación”.

James Politi y Colby Smith en Washington

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